Matheus Rodrigues, un futbolista brasileño de 20 años, saltó a las primeras planas aunque no por un logro profesional, sino por un escabroso crimen. Es el principal sospechoso del asesinato de Armando Martins, su entrenador durante dos años en las categorías inferiores del Interpolo, equipo que milita en la cuarta categoría del fútbol brasileño.
El joven deportista confesó el crimen en el momento en el que fue detenido por efectivos policiales del estado de Tocatins. Aseguró que apuñaló a su ex técnico en dos oportunidades, una en el hombro y otra en el cuello, y agregó que previamente habían discutido por motivos de dinero luego de mantener relaciones sexuales, según informaron medios locales.
Conforme a las informaciones vertidas en los periódicos brasileños, el deportista había abandonado el fútbol y se dedicaba a prostituirse, por lo que se maneja la hipótesis de que haya tomado la drástica decisión luego de que la víctima se haya negado a abonarle tras tener sexo.
El cadaver de Martins, que entrenó a Rodrigues durante dos años, fue encontrado por su hermana el 5 de noviembre en la ciudad de Porto Nacional, en el estado de Tocatins, a unos 750 kilómetros del norte de la capital Brasilia. La Policía tardó dos semanas en encontrar al culpable y fueron claves testigos cercanos a la víctima.
Rodrigues, que entró en las inferiores del Interpoto a los 15 años, huyó a Palmas, la capital del estado de Tocatins, tras consumar el crimen. En esta ciudad sigue detenido a la espera del proceso judicial.
