Francia y Croacia se verán las caras el domingo desde las 12 horas (horario argentino) para definir al campeón de Rusia 2018. Sin embargo, a lo largo de la competencia, el seleccionado dirigido por Didier Deschamps mostró distintos aspectos positivos en el juego durante el camino hacia el partido definitivo, que lo ponen un escalón por encima del conjunto balcánico.
En primer lugar, podemos mencionar una palabra que englobaría a todos aquellos aspectos: la versatilidad. El equipo galo tomó varios roles a lo largo de la Copa y en la mayoría se lo vio cómodo y con resultados exitosos. También vale destacar los diversos rivales que le tocó enfrentar, a los cuales logró adaptarse sin problemas.
Una de sus grandes virtudes es que sabe manejar los tiempos del partido a la perfección. Si bien no empezó perdiendo ninguno de los encuentros que disputó y la única que ves que estuvo en desventaja fue con Argentina durante apenas nueve minutos, dio una lección de cómo se debe jugar una vez que se obtiene la diferencia en el marcador. Antoine Griezmann y Paul Pogba administran la pelota a su ritmo, esperando el momento para poner a correr a Kylian Mbappé, o aguardar porque todo el equipo se vuelque en ataque y aprovechar las subidas de los laterales. Nunca es atacar por atacar.
Y si del joven delantero de 19 años se trata, se convirtió en una de las figuras del Mundial a raíz de los contraataques empleados. Con espacio y campo por delante, el veloz futbolista de París Saint-Germain sacó a relucir lo mejor de su repertorio para generar peligro a cualquier rival que estuviese en frente.
La cantidad de partidos en los que le convirtieron goles hablan por sí solos de la solidez defensiva que tuvo la Blue: apenas le anotaron en dos compromisos y cuatro tantos en total (tres Argentina y uno Australia, de penal). Luego, mantuvo la valla invicta a raíz de las espectaculares atajadas de Hugo Lloris (contra Martín Cáceres de Uruguay cuando el juego iba 1-0 y a Toby Alderweireld de Bélgica en 0-0) y la férrea zaga compuesta por Samuel Umtiti-Raphael Varane.
Ambos marcadores centrales también fueron claves a la hora de anotar en el arco rival mediante el arma letal que tuvo este Mundial: la pelota parada. Francia rompió el cero en dos oportunidades a través de tiros libres a favor y sucedió en los momentos más importantes de la competencia. Varane desvió de un cabezazo un centro de Griezmann frente a los charrúas mientras que Umtiti anticipó en el primer palo ante Bélgica.
Párrafo aparte para el equilibrio de esta formación: N’Golo Kante. El mediocampista central dio una clase de cómo se debe desempeñar un jugador en esa posición: asistió a todos los relevos, siempre bien ubicado, quitó la bola con limpieza y hasta supo cuándo desprenderse al ataque. Una verdadera máquina de fútbol y por qué no, el más regular de la Copa.
Por: Santiago Caruso (@Santiago_Caruso)
