Golden State barrió en las finales a Cleveland y consiguió su tercer campeonato en tres años

Golden State barrió en las finales a Cleveland y consiguió su tercer campeonato en tres años
Golden State barrió en las finales a Cleveland y consiguió su tercer campeonato en tres años

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Golden State se coronó en la noche del viernes como el flamante campeón de la NBA y marcó un récord histórico. Levantó el trofeo tres veces en las últimas cuatro temporadas. La competencia actual lo reconoce, y los registros empiezan a rendirse frente a tanta supremacía, tanto trofeo en una misma vitrina y en tan poco tiempo.

Un nuevo choque llegó en las finales de la NBA entre Cleveland y Golden State. Los cotejos de este calibre, solían ser parejos hace un par de años: LeBron e Irving de un lado; Curry-Thompson, “The Splash Brothers”, del otro. Pero dejó de ser un juego divertido para CAVS, a partir de la temporada pasada.

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Todo comenzó, cuando los Warriors rompieron el mercado de pases y decidieron firmar a Kevin Durant. Esto, le dio un golpe de jerarquía enorme al equipo, que logró formar una identidad y que cuando no aparecía Curry, lo hacía esta bestia que lo tiene todo: tiro de 3, tiro de 2, penetración y fuerza para jugar debajo del aro.

Del otro lado, lo peor. LeBron James quedaba totalmente solo al conocer la noticia de que su mosquetero más fiel, Kyrie Irving decidía tomar sus valijas y viajar a Boston en busca de más protagonismo en los Celtics. Así Cleveland ,a contrapartida de Golden, tuvo un notable retroceso en su juego, que pasó a ser una “Jamesdependencia”.

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Así y todo, En el primer capítulo de esta final estuvo a punto de perder en casa; un fatal error de JR Smith sobre el cierre del tiempo regular, salvó a Steve Kerr de arrancar las finales abajo. Pero Warriors creció con el correr de la serie y terminó, con su juego intenso y eficaz y sus múltiples recursos de habilidad, quebrantando a este Cleveland que fue muchísimo de LeBron, algo de Kevin Love y poco y nada del resto.

Por como se habían desarrollado los partido anteriores, era evidente que el último correría con la misma suerte. Esta vez, Curry puntuó con 37 tantos. Pero el MVP, fue para Kevin Durant, por lo hecho a lo largo de todas las finales. Por segunda vez consecutiva, ante una ovación de un estadio lleno ubicado a miles de kilómetros de Ohio, el alero ex Oklahoma fue el jugador más valorado de los partidos: el californiano Oracle Arena, de Oakland, se cubrió entero de público para volver a festejar algo que la afición auriazul se está mal acostumbrando: campeonaron tres veces en los últimos cuatro años.