El deporte nacional vive momentos de algarabía en Buenos Aires. Entre varias medallas conseguidas, las que dieron la nota mayor fueron Las Kamikazes, selección juvenil de handball jugado sobre arena.
Su coronación tiene un mérito doble, ya que dicho deporte era hasta esta tarde prácticamente desconocido en el país. Para poder competir en el torneo, debieron atravesar una serie de dificultades producto de que no recibieron ayuda por parte de ninguna organización ni del Estado.
Fue en 2015 cuando las primeras mujeres, en su mayoría provenientes del handball tradicional, incursionaron en esta nueva modalidad juntándose para entrenar en Parque Sarmiento. La cuestión era que no lo podían hacer en el territorio en que se disputa la disciplina, sino que lo hacían sobre césped. El desbalance del campo más las piedras y otros objetos que siempre se encontraban las llenaron de magulladuras en sus cuerpos, pero igual siguieron practicando sus atléticos saltos 360, lo que les valió el apodo de Kamikazes.
Este renombramiento de la selección surgió en una agónica victoria argentina bajo la lluvia de Budapest, en el juego por el séptimo puesto del Mundial clasificatorio a los World Games. Hoy hicieron historia en los Juegos Olímpicos y su seudónimo ya fue adoptado por los fanáticos y las fanáticas del deporte nacional.
