El campeón de F1 que ahora sí es feliz y atiende su heladería

El campeón de F1 que ahora sí es feliz y atiende su heladería
El campeón de F1 que ahora sí es feliz y atiende su heladería

Nico Erik Rosberg tocó el cielo con las manos en el 2016, cuando se coronó campeón del mundo en la Fórmula 1 y se quitó de sus espaldas la exigencia de repetir lo que hizo su padre, también corredor y campeón. En ese momento, luego de 10 años en la categoría automovilística más importante, decidió retirarse.

Dos años después, el germano-finés se encuentra vendiendo helados en Vivi’s Creamery, un local que su esposa montó en Ibiza. El ex piloto se da el gusto de tomar helado de vainilla, su gusto favorito, que antes no podía por la estricta dieta que debía llevar, y hasta atiende a los clientes: “Yo sentía que era lo que tenía que hacer y soy muy feliz con mi vida”.

Rosberg reparte su vida entre la isla de España y Mónaco, donde disfruta en una casa de campo. El único contacto que tiene con el automovilísmo son los comentarios de ciertos Grandes Premios de F1 para la cadena británica Sky: “Me gusta hacer televisión, pero no voy a comentar todas las carreras. Este año haré unas ocho, las que me más atraen”, confesó en una entrevista para un portal español.

Con 33 años, parece disfrutar de no tener que subirse más a un monoplaza. En su carrera festejó 23 victorias y 57 poles, en la cual pasó por los equipos de Williams y Mercedes.

Además de la heladería, Rosberg tiene negocios inmobiliarios en Montecarlo y es uno de los grandes impulsores de la movilidad eléctrica y la Fórmula E: “Es la tecnología del futuro, y además es necesario apoyarla por su contribución a la sostenibilidad”.