Diego Maradona es uno de los presentes más memorables en el Spartak Stadium. En la previa, después de haber cantado al himno, la gente lo ovacionó coreando por su hazaña en México 1986.
Durante el partido, el 10 vivió intensamente lo que fue sucediendo en los primeros 45 minutos. Gritó el gol de su ex yerno, Sergio Aguero, quien estampó el 1 a 0.
Cuando Islandia empató, se prendió un habano para pasar la bronca, pero el momento de mayor éxtasis fue cuando un defensor vikingo la tocó con la mano en el área. Diego vio penal.