Informe: ¿Maradona tiene un sobrehueso en los dos empeines?

Informe: ¿Maradona tiene un sobrehueso en los dos empeines?
Informe: ¿Maradona tiene un sobrehueso en los dos empeines?

86A

Los pies y las piernas de Diego fueron noticia por las gambetas, por los castigos recibidos. Si los miramos, aparecen historias de los que vivieron bien de cerca los pies del Maradona; testimonios de quienes se asombran de su destreza. Uno de ellos es Sergio García, el arquero del seleccionado que ganó el Mundial Juvenil de Japón 79.

En diálogo con Enganche, Chiquito dijo que los pies de Maradona tenían una particularidad: “Diego tenía un problema, que muy pocos saben. Tenía un sobrehueso en cada uno de los empeines. Imaginate si la pelota pega en ese sobrehueso, se va para cualquier lado. Para graficar la dificultad digo que no es lo mismo que la pelota te pegue en la rodilla, que te pegue en el muslo, ¿entendés?”.

“Le veía el pie muy ancho y alto, con muchísimo algodón sobre el empeine. ¿Por qué te vendás así, Diego? ‘Porque tengo un pequeño problemita’, me respondió. Y ahí fue cuando me percaté del sobrehueso que tenía en los dos empeines. Los emparejaba con algodón y mucho vendaje” dijo García.

Consultado por el mismo medio, Fernando Signorini, histórico preparador físico de Maradona, reveló: “Ya te digo, (Diego) tenía el empeine del pie un poco más alto. Para el que no lo tiene puede pensar que es un problema. Pero a Maradona no le jugaba a favor ni en contra. (El sobrehueso) era más prominente en el empeine izquierdo”.

¿Es un problema tener un sobrehueso? Signorini clarifica en diálogo con el periodista Adrián Michelena: “Eso no explica nada. ¿Sabés la cantidad de gente que tiene esa tipología? Diego no nació para ser explicado. ¿Por qué querer explicar todo? Maradona lo tuvo desde que nació eso. Pero no superó ninguna adversidad. Era una cosa natural en él, desde que jugaba en los Cebollitas se acostumbró a eso. Muchos se ponen algodón en el empeine para evitar los golpes más fuertes, que son en esa zona. No para nivelar eso que me decís. Lo fundamental de Maradona fue después de la lesión de Goikoetxea. Ahí es cuando yo empiezo a entrenar con él. Diego tuvo que reacomodar toda la secuencia biomecánica para volver a ser. Y logró mejor efectividad incluso de la que tenía antes”.

Por otra parte, Signorini contó que después de la lesión que sufrió en 1980, tras la legendaria patada de Goikoetxea, “Diego tuvo una reducción importante en el grado de la movilidad del tobillo. Fue por eso que junto con el doctor Madero, viajaron a los Estados Unidos. Ahí empecé a trabajar con él. Yo le sugerí que un tipo como él que era una Ferrari, necesitaba el mejor mecánico, el mejor especialista del mundo. Eso fue entre agosto y septiembre del 84. Ellos vieron a un médico estadounidense, que era director de los servicios de la Liga de Fútbol Americano, donde se producen las lesiones más grandes”.

Rubén Moschella, en tanto, único empleado administrativo de la delegación argentina en la época de Maradona, contó: “Diego siempre tuvo el tobillo hinchado, previo a los partidos en la noche anterior se le hacia un tratamiento de frío-calor. Se le ponía un ‘revuelto’ casero por las noches. Y a la mañana el tobillo aparecía desinflamado, parecía magia. Eso sí, cuando empezaba a jugar, otra vez se empezaba a inflamar. Lo que usaban con Diego era un preparado con un fármaco, una masa, una cera negra, parecía alquitrán, y eso surtía efecto, además de toda la medicación que le daban”, comentó Moschella y añadió: “El dormía con el tobillo a la miseria. Tenía tres tobillos juntos en uno. Cualquier otro jugador no hubiera podido ni pisar. Pero él quería jugar todos los partidos. La peor parte se la llevó ante Brasil (Nder: se infiltró para poder jugar) Y Alemão, que era amigo suyo, salió directamente a pegarle en el tobillo lastimado”.

Finalmente, en conversación con el mismo medio, el periodista Guillermo Blanco, que vivió de cerca el proceso de la lesión de Maradona, contó una anécdota nunca antes revelada: “Cuando Maradona estaba en el Napolí, tuvimos que volver a Barcelona para que le sacaran los clavos del tobillo. Pero como no tenían las herramientas adecuadas, la cabeza de un clavo se rompió y le quedó incrustada dentro de su pie. Aún hoy la tiene, no se la pudieron sacar”.