Luego del escándalo entre Neymar y Edinson Cavani por un tiro de penal, el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, envió a un intermediario para que le ofrezca una exorbitante suma de dinero a cambio de que le ceda los penales al brasileño. La suma era nada más y nada menos que la de un millón de dólares marcara o no marcara goles. Es decir, se cambió la cláusula por la cual se ofrecía esa cantidad en caso que Cavani sea el máximo artillero del conjunto parisino.
Cavani fue terminante: dijo que no le interesaba el dinero. Si el club quería pagarle más, no se opondría, pero los penales los seguiría tirando él pues llevaba cuatro años trabajando para el PSG, era el tercer capitán, y se había ganado esa forma de dignidad.
Al-Khelaifi, según fuentes próximas al PSG, también envió emisarios a tantear a Neymar. Con zalamerías le invitaron a olvidarse de los penales. Le dijeron que él era un jugador total y le sugirieron que el rey del equipo debía actuar con magnanimidad cediéndole la gracia del tiro penal al nueve, que vive del gol. Neymar tampoco cedió. La grieta en el PSG es cada vez más insoportable.
