El Mundial se cobró el 38 a 38

El Mundial se cobró el 38 a 38
El Mundial se cobró el 38 a 38

Conferencia de prensa de Claudio Tapia Marcelo Tinelli y Edgardo Bauza
fotos Emmanuel Fernandez

A veces, el deporte es justo y podemos agregar implacable.

El fútbol argentino no podía esperar contar para la máxima cita deportiva a nivel mundial, más que con un representativo frágil, improvisado y anárquico, todos calificativos que le transfirió, casi como en fotocopia, la propia institución que maneja el fútbol en nuestro pais a cuerpo tecnico y jugadores.

En el torneo más importante (y cruel) del globo, cada vez más competitivo, aunque porque niveló para abajo, los rivales no perdonan errores y los jugadores, si no se encuentran firmes de espíritu, pueden equivocarse como nunca por la fuerte exposición a la que están sometidos.

Ni el mejor jugador del mundo (Lionel Messi) ni el técnico más calificado (para muchos, Sampaoli lo era antes de asumir) pueden escapar de un destino que parecía marcado a fuego, pero no por mandato divino, sino por pura lógica y consecuencia material.

En el deporte suele subestimarse la importancia que tiene la base de su estructura (las instituciones que deben sostener un equipo) para explicar desenlaces deportivos.

Luego de cuatro años tan inverosímiles como caóticos; con la muerte de Julio Grondona (mandamás omnipotente y dueño de toda decisión respectiva al fútbol de su país en 35 años) como punto de partida, y con la histórica elección a presidente de AFA con más votos que votantes (38 a 38) como su expresión más simbólica, es hora de tomarnos en serio la importancia de los procesos. Aún para aquellos para los que lo único que sirve es la victoria.

Por Santiago Sourigues, enviado especial desde Nizhny Nóvgorod (Twitter: @santisouri, Instagram: @souriguessantiago)