Con varios Grammy Latinos en la maleta, Luis Fonsi viajó a China para intentar lo que muchos considerarían un suicidio: grabar su hit, Despacito, en chino mandarín.
El año pasado, tras recoger el gramófono a mejor grabación, había anunciado: “Ha sido un año hermoso, diez u once meses de mucho trabajo, de representar a nuestro idioma en el mundo entero, de disfrutar de una canción que gracias al público latino y a mucha gente se ha convertido en una canción muy importante, unir al mundo entero, romper la barrera del idioma”.
Y fue por más: este viernes lanzó una nueva versión de su tema con JJ Lin, y en marzo viajará a Asia para una gira.
“Canté un poquito de mandarín, la canción se ha convertido en un fenómeno mundial y poder cantar en mandarín es un honor”, señaló.
