No es la primera vez que las conductas sexuales de Woody Allen salen a la luz. La diferencia es que esta vez el contexto mundial podría jugarle en contra. Luego de la entrevista en la que Dylan, su hija adoptiva junto a Mia Farrow, denunció que fue abusada por el realizador durante años, el director cruzó a la chica y trató de “cínica” a su familia.
“Aunque la familia Farrow está cínicamente usando la oportunidad brindada por el movimiento Time’s Up para repetir esta denuncia desacreditada, eso no la torna más verdadera hoy que en el pasado. Nunca abusé de mi hija, como concluyeron todas las investigaciones hace un cuarto de siglo”, aseguró Allen en un comunicado.
El director aseguró que los servicios de bienestar infantil de Nueva York y un hospital de Connecticut que investigaron en la época las denuncias concluyeron que “no hubo abuso” y que Dylan sea “posiblemente una nena vulnerable entrenada para contar esa historia por su airada madre durante una separación tormentosa”.
Allen recordó algunos dichos de uno de los hermanos de Dylan. “Moses dijo que vio a su madre hacer exactamente eso: entrenando incansablemente a Dylan, tratando de hacerle creer que su padre era un depredador sexual peligroso. Parece que funcionó, y tristemente, estoy seguro de que Dylan realmente cree lo que dice”, manifestó. Moses hace años que no tiene relación con su madre adoptiva ni con muchos de sus hermanos y siempre defendió a su padre.
El cineasta asegura que todo es un invento de su expareja Mia Farrow para vengarse porque Allen la dejó en 1992 por Soon-Yi Previn, hija adoptiva de la actriz y el pianista André Previn. Soon-Yi, que nació en Corea del Sur, tenía entonces 21 años, y Allen 56. Ambos están casados desde hace más de 20 años y tienen dos hijas adoptivas.
Las declaraciones del realizador fueron difundidas como respuesta a la entrevista televisiva que dio la hija adoptiva de Allen. Dylan Farrow, de 32 años, ratificó a la CBS lo mismo que denunció hace años: que el director la tocó cuando tenía siete.
