A 21 años del trágico final de Leonardo Simons

A 21 años del trágico final de Leonardo Simons
A 21 años del trágico final de Leonardo Simons

“¡No me salven!”. Según las crónicas de la época, esas fueron las palabras que gritó Leonardo Simons a sus asistentes, quienes, pese a hacer grandes esfuerzos por tomarlo de su ropa, no pudieron evitar que el animador se arrojara al vacío desde el piso 13 de un edificio donde tenía las oficinas de su productora, en el centro porteño.

Con una carrera que había comenzado a fines de la década del 60 y que por casi treinta años brilló al frente de ciclos como Música en libertad, Sábados de la bondad, Finalísima y Ta Te Show, su último gran éxito. Hasta que el martes 15 de octubre de 1996 dijo “Basta”.

De inmediato, la noticia conmocionó al medio artístico y al público, quienes, sorprendidos por el trágico final del animador, siempre sonriente y de gran humor en sus programas, se preguntaban sobre lo que había ocurrido. Durante las primeras horas todo fue especulación. Hasta que, de a poco, se pudieron reconstruir las últimas semanas en la vida de Simons y se pudo armar una suerte de rompecabezas. Ocurrió que, mientras se daba curso a una investigación judicial por la muerte del conductor, se encontraron tres cartas que Simons había escrito a sus allegados poco antes de quitarse la vida. “Mi bocho explotó”, escribió en una de ellas, entre otras conmovedoras palabras dirigidas a sus seres queridos, según reconstruyó el diario Crónica en su edición del 24 de octubre de 1996.

Fue justamente en agosto de ese año que un explosivo escándalo mediático involucró al entonces juez en lo civil Carlos Wowe –hermano del animador, que en realidad se llamaba Simón Leonardo Wowe pero adoptó el apellido Simons para su nombre artístico–, y llegó a las primeras planas de todos los diarios. Según trascendió por esos días, el entonces magistrado le había pedido un soborno al periodista Bernardo Neustadt, mediante una charla con otro juez. El conductor de Tiempo nuevo había recibido una demanda del empresario Franco Macri, padre del actual Presidente, quien le reclamaba 5 millones de pesos (entonces equivalentes a 5 millones de dólares) en una causa por “daños y perjuicios”, debido a declaraciones de Neustadt en un programa radial que conducía.

Se trató de uno de los escándalos mediáticos más intensos –se llegaron a filtrar audios telefónicos de Wowe–, hasta que el juez fue detenido. Según revelaron después allegados a Simons, el ruido de todo eso fue una vergüenza que el conductor no pudo asimilar y que lo afectó notablemente. De hecho, tiempo después de la muerte de Simons, Neustadt reveló que el conductor le había pedido disculpas por aquel episodio; se encontraba avergonzado por el accionar de su hermano.

En septiembre de aquel año la popular sección La Pavada, del diario Crónica, dio cuenta de aquello con un pequeño texto con su particular estilo, en el que reveló: “Situación de extrema tensión que sufrió los últimos tiempos Leonardo Simons ha hecho mella en su salud. Tal como es público, hermano suyo, ex juez nacional, se encuentra detenido por delitos varios, situación que le provocó cuadro de estrés”.

Los días continuaban y el ánimo de Simons se veía cada vez más deteriorado. Sin embargo continuó, como pudo y con su estilo inigualable, al frente de la conducción del recordado programa de entretenimientos Ta Te Show, por la pantalla de Telefe. El sábado 12 de octubre fue su último programa y el martes siguiente, cerca de las 10 de la mañana, decidió quitarse la vida, en un hecho que conmovió a los argentinos por la notoriedad de la figura del conductor –era uno de los más populares del momento– y por el modo en que fueron sucediendo los trágicos hechos.