¿Era necesario someter a Virginia Gallardo, una mujer bellísima y voluptuosa, bien argentina, llena de curvas, a un photoshop tan brutal? ¿Los editores hacen cualquier cosa para vender o es la sociedad quien impone estos modelos imposibles a las celebridades?
Virginia Gallardo vino de su provincia natal a triunfar en Buenos Aires y la realidad es que, desde sus primeras participaciones en los programas de Gerardo Sofovich, destacó por su inmensa simpatía y por su imponente físico, una figura realmente impresionante que intimidaba a muchos hombres.
Curiosamente, fue su noviazgo con el extravagante Ricardo Fort el que le permitió conseguir la visibilidad necesaria para llegar al programa más visto de la televisión argentina, Bailando por un sueño, donde su nombre se hizo conocido por todos los argentinos, literalmente, de Usuahia a la Quiaca.
Virginia destacaba claramente de otras participantes al no intentar encajar en el molde que intentaba imponer la sociedad usando la tapa de revistas como Gente o Caras, donde el modelo a seguir era Pampita o Nicole Neumann: mujeres bellas pero delgadísimas, casi sin curvas.
Sin embargo, una de las últimas fotos que subió a su cuenta de Instagram muestra a una irreconocible Gallardo, con unas piernas larguísimas y ultradelgadas y un cuerpo sin nada de curvas, como si, bajo tanta presión ejercida por los medios, ella hubiera terminado comprando el molde que durante años vendieron promotores como Pancho Dotto. ¿Está realmente tan obsesionada Virginia con su figura para creer que necesita verse así de flaca para verse bien? Esperemos que no, que nunca renuncie a ser la mujer voluptuosa y feliz que durante años encarnó en televisión, cine y teatro.
