Las fotos hot de Barby Franco, la diosa que quiere reconquistar Fernando Burlando

Las fotos hot de Barby Franco, la diosa que quiere reconquistar Fernando Burlando
Las fotos hot de Barby Franco, la diosa que quiere reconquistar Fernando Burlando

Su historia de vida de superación sumada a su belleza, convirtió a Barby Franco en una diosa de los medios. Ingresó a la televisión como azafata de Guido Kaczka en El último pasajero y de ahí en más lució su lomazo y su sonrisa contagiosa en varios programas, lo que le permitió ayudar económicamente a su familia, con la que se había criado en una humilde casa en un barrio de emergencia de Barracas. Pero sin olvidarse de sus orígenes: pese al dinero y la fama que cosechó, la modelo se compró un confortable departamento a unas pocas cuadras del lugar donde nació, dentro del propio Barracas, cerca de sus amigos de la infancia.

El tiempo pasó, la modelo de 26 años creció y progresó. En 2011 fue una más de las participantes de Soñando por Bailar y luego llegó a la pista de ShowMatch, de la mano de su por ese entonces novio, Fernando Burlando. Escenario al que volverá por una noche, convocada por el Polaco para Bailando 2017. Su carrera ahora la posicionó al lado de Flavio Mendoza, quien la eligió para sus últimos espectáculos teatrales. Y si algo se sabe del famoso coreógrafo, es que tiene la misma dosis de generosidad que de exigencia, y así como la morocha estelarizó Mahatma en Carlos Paz, Flavio le renovó la confianza para que también participe de Stravaganza en 2018.

#ADELANTO ¡Espiá la producción de fotos sexies de @barbaritafranco21, la diosa de #Stravaganza, para Ciudad Magazine!  #sexy #TV #photoshoot #hot

Una publicación compartida de Ciudad Magazine (@ciudad_magazine) el

En una nota que le hizo Ciudad Magazine, Barby Franco hizo un repaso de su vida, posó para una producción de fotos infartante y no dejó polémica sin tocar.

-¡Qué lío armaste con Belén Pouchan y Federico Bal!

-Sí, pero fue sin querer. Ángel de Brito es un periodista de la hostia y sabía cómo y dónde entrar. Casi entró, pero no, la salvé.

-¿Seguís siendo amiga de Belén? Te acusó de buscar prensa con este escándalo…

-En realidad, compartimos una temporada en Mahatma, nos hicimos amigas hace poco. Pero desde que empezó en el Bailando no la vi más. En el verano, sí, estábamos todo el tiempo juntas y nos habíamos hecho amigas. Ella me había contado que había pasado algo con Fede, pero no me acordaba cuándo había sido, si fue en este verano o hace tres años atrás. Por eso me había quedado pensando, porque no sabía cuándo había tenido algo con Fede. Pero después me acordé que fue en el cumpleaños de Facundo Mazzei, hace tres años. ¿Pero buscar prensa con ella? Hace un montón de años que vengo laburando, mirá si voy a buscar prensa con ella con todo lo que me pasó con Burlando…

-¿Hablaste con ella en este tiempo?

-Sí. Me llamó porque me contó que Fede Bal también se comunicó con ella para decirle que estaba enojado. Pero en realidad, no dije nada. Sólo dudé de cuándo había sido la relación de ellos. Nada más. Al final, Belén también se enojó conmigo. Le expliqué todo esto, y que Ángel me agarró dormida y no tuve tanto tiempo para pensar. Es más, me dijo que me iba a llamar Fede para decirme que estaba enojado. Pero fue sin querer. Igual, a los pocos días ella reconoció esto mismo que cuento, así que no estaba tan errada…

-Ahora que estás separada de Fernando Burlando, ¿volviste a salir para conocer chicos?

-No, no salgo a boliches porque no me gusta la onda. Y tampoco puedo leer mensajes y responder, porque Burlando tiene un teléfono mellizo del mío y además el chip con el que puede averiguar mi ubicación al instante, así que imposible. No sé si leerá todo, porque él también trabaja, pero está al tanto de mis movimientos.

-¿Y cuál es el problema de que él sepa que salís con otra persona? Si están separados…

-Es que tampoco estoy abierta a conocer a otra persona, si no que estoy con el duelo, tratando de acomodarme en mi casa. Fueron cinco años de relación y convivencia con Burlando, y cada tanto hablamos, tenemos encuentros. Una cena igual, no más que eso. Estamos distanciados, pero tenemos ganas de volver a estar juntos… Por eso es que tampoco pensé en comprarme otro celular por ahora.

¿Tuviste intimidad con otra persona desde que entraste en ese impasse con Burlando?

-No, desde que me separé de Burlando que no tengo sexo, hará unos tres meses. Pero ojo, que no sé cuánto habrá pasado de la última vez de él…

-¿Entonces no tuvieron sexo en esos encuentros post impasse? Vos habías comentado que Burlando era muy demandante a nivel sexual…

-No. La última vez que nos vimos fue por Un sol para los chicos, pero después de ahí cada uno se fue a su casa.

-¿Qué tiene que pasar para que se haga realidad la reconciliación?

-No sé… Tiene que reconquistarme con más gestos. Quizás el año que viene nos terminamos casando. Quién sabe. El ya me propuso casamiento en 2014, le dije que sí, pero como nos convocaron del Bailando dijo que no tenía tiempo. Después, me puso de excusa su rodilla. Como que me sigue estirando la propuesta de matrimonio para ver si con eso me reconquista. Por cómo es, puede pedir turno en el registro civil de La Plata, ¡y después cambiar el día! El sábado me dejó de regalo un auto Smart en la puerta del teatro Broadway, con un cartel que preguntaba “¿Volvemos?”. Pero todavía no volvimos, porque no sé si es que deba perdonarlo, sino recuperar la confianza. Lo primero que vi es que la cédula verde estaba a mi nombre, ja, ja. Ahora tengo la energía puesta en mi trabajo. Además, tampoco habla de casamiento…

-Por lo pronto, por lo que se supo le seguís usando la tarjeta de crédito…

-Hace poco le gasté 15.000 pesos y me retó, pero ni loca le devuelvo la plata. Lo que pasa es que me estoy mudando sola y compré varias cosas para equiparme, como una heladera. Igual, los gastos de los servicios del departamento se debitan de su cuenta. Y si bien vivo en un departamento divino de 4 ambientes en Barracas que escrituré a medias con Burlando, estoy enfrente de donde vive mi mejor amiga desde los 3 años. Nunca me fui del barrio humilde en el que me crié.