Todos podrán dormir tranquilos en Las Vegas: Floyd Mayweather derrotó a Conor McGregor por knock out técnico en el décimo asalto y se quedó con la pelea del siglo ante un T-Mobile Arena colmado por más de 20 mil personas.
El irlandés salió mejor en los primeros dos rounds, se mostró firme, combinó algunos golpes al cuerpo y evitó ser golpeado con claridad por el último gran libra por libra. Sin embargo, a medida que fueron pasando los asaltos el estadounidense comenzó a dominar la pelea y lastimaba a su rival con potentes rectos de derecha al rostro.
A partir del octavo round se pudo ver un notorio cansancio en el luchador irlandés, quien ya no lanzaba ataques, caminaba el ring de manera poco ortodoxa y recurría a golpes “estilo martillo” no propios del boxeo. Esto lo aprovechó Mayweather y no tuvo mejor idea que ir al frente para evitar que el combate llegue a las tarjetas.
Acorde a la situación del compromiso, Floyd abandonó su característico papel de estratega y especulador para salir a noquear a McGregor y así provocar el delirio de los espectadores. Si bien al oriundo de Dublin se lo veía con ánimos de seguir parado (debido a que está acostumbrado a otro tipo de golpes), el árbitro Robert Byrd hizo lo correcto en detener la golpiza que caía sobre su rostro.
El púgil que llegaba con 49 victorias (26 KO) y ninguna derrota anunció su retiro definitivo del boxeo tras una magnífica carrera donde enfrentó a deportistas del calibre de Miguel Cotto, Saúl Canelo Álvarez, Oscar De La Hoya, Manny Paquiao, Marcos “Chino” Maidana y Juan Manuel Márquez.
