El fútbol argentino no puede erradicar el flagelo de la violencia, que está presente afuera pero también adentro de la cancha. Esta vez ocurrió en el propio verde césped, durante un partido entre Pacífico de Cabildo y Villa Mitre, por la Liga del Sur. El árbitro debió suspender el cotejo tras la bochornosa pelea a golpes de puño entre los jugadores de ambos equipos.
Villa Mitre se imponía por 3-2 y todo transcurría con cierta normalidad hasta que una jugada disputada en mitad de cancha derivó en una palabra de más y todo terminó de la peor manera, con imágenes no aptas para sensibles. El árbitro Juan Ignacio Nebietti expulsó dos jugadores por bando pero el clima seguía espeso y decidió suspender el encuentro por falta de garantías en un nuevo capítulo de la crisis terminal que sufre el fútbol argentino.
