En un día coincidieron los dos. Primero fue Fabián Mazzei quien criticó sin miramientos a Griselda Siciliani, nombrándola de forma despectiva: una y otra vez la llamó “esta chica” desde un móvil de Intrusos. Y horas después quien no tuvo reparos en hablar sobre la actriz fue Araceli González: “Respetame. Yo tengo 25 años en esto, (y vos) hace muy poco que estás en esto”, le dijo en una entrevista en Cortá por Lozano.
Pero la protagonista de Sugar no le respondió ni a uno, ni a la otra. Con ambos está enfrentada -al menos de manera pública- desde que, ya separada de Adrián Suar, dio su visión de por qué Mazzei no trabaja más en Pol-Ka: “A Adrián no le debe servir”, dijo Sicialini, entre otras consideraciones, desatando la bronca de Araceli y Fabián.
Ahora bien, esto fue ayer. Pero puede que Griselda haya consultado con su almohada de qué manera proceder ante tanto fuego cruzado. Y fue entonces cuando, esta mañana, decidió subir a su cuenta de Instagram una foto muy simbólica.
Como simulando estar en el aire, levitando, en una posición de meditación, relajada y en paz: todo eso parece comunicar Griselda en esta imagen poco habitual, considerando sus últimos posteos. Como si nada le importara, o le afectara.
