El día en que Messi se le plantó al Barcelona y casi se va al Manchester City

El día en que Messi se le plantó al Barcelona y casi se va al Manchester City
El día en que Messi se le plantó al Barcelona y casi se va al Manchester City

messi2

El diario catalán Mundo Deportivo reveló hoy un momento bisagra en la vida de Lionel Messi, cuando casi deja el Barcelona. Fue el año pasado, tras perder la final de la Copa América Centenario con la Selección argentina y agobiado por la sentencia tras su evasión al fisco español. Fue allí que Lío pensó en emigrar al fútbol inglés, particularmente al Manchester City.

En julio del año pasado la Audiencia Provincial de Barcelona dictó sentencia contra Leo y su papá, Jorge. Tras la condena de 21 años de prisión para cada uno, la Pulga pidió irse del club, ya que él y su familia entendían que la sentencia era injusta y que ellos pagaban estar en medio de una guerra entre Cataluña y España.

Así lo cuenta Xavier Bosch en Mundo Deportivo:

“El 27 de junio, Argentina pierde, a los penaltis, la final de la Copa América. Leo falla el penalti decisivo ante Claudio Bravo y se hunde. Decide no jugar más con su país. Primera rotura. “Se terminó la selección, no es para mí”. Diez días más tarde, llega la sentencia judicial, mucho más dura de lo esperada. Segunda rotura. Es el factor determinante para decidir marcharse del Barça y así lo comunica al presidente Bartomeu. Tratan de calmarle y persuadirle para que vea las cosas con la tranquilidad de los días, pero no hay forma. Es más, Messi pide que le traspasen al City. Está dispuesto a dar la cara públicamente y a contar, con el enfado que tenía encima, porqué quiere marcharse de España. La respuesta del Club es que jamás van a venderlo. La única fórmula, pues, pasaría por pagar los 250 millones de su cláusula de rescisión, pero ni el jugador ni el máximo ejecutivo del City estaban dispuestos a hacerlo. El equipo inglés necesitaba que el Barça demostrara que lo quería traspasar, aunque fuera por 150. El 18 de julio, Josep Maria Bartomeu y Jordi Mestre, vicepresidente deportivo, tomaron un avión y su fueron a Estados Unidos, en viaje relámpago, a hablar con Jorge Messi que se hospedaba en un hotel en Miami Beach junto a parte de la familia. A pesar del empeño y de buscar su complicidad, volvieron sin noticias tranquilizadoras. Al día siguiente, el martes 19, Luis Enrique empezaba la pretemporada con pocos efectivos en Sant Joan Despí. Bartomeu fue a encontrar el entrenador a pie de campo y le contó la que se venía encima. Messi pedía irse, harto de la sentencia injusta y del trato de los medios en televisión”.

La dirigencia del club no lograba hacerlo cambiar de parecer, hasta que dieron en la tecla. Luis Suárez estaba preocupado por la posible salida del crack rosarino. La influencia del uruguayo terminó siendo determinante: lo llevó a cenar cerca de casa, en Castelldefels, al día siguiente insistió de nuevo.

“En la segunda cena a solas, logró lo que quería: sabía que si arrancaba a Messi del sofá de casa y se lo llevaba al entreno, con el balón en los pies y el ambiente entre compañeros, iría alejando el fantasma de la huida. Cuando Messi anunció que acortaba una semana sus vacaciones y que el 25 de julio se iría con el equipo a Saint George’s Park, todos empezaron a respirar algo aliviados”, relata el matutino catalán.