Su muerte generó conmoción en todo Hollywood y, en especial, entre los fanáticos de la saga Star Wars, que la tuvieron siempre como un ejemplo de mujer y una heroína en el terreno actoral.
Este lunes se conoció una noticia que sorprendió a todos: la actriz estadounidense Carrie Fisher tenía cocaína, heroína y éxtasis al momento de morir en diciembre del año pasado. Así lo certifica la autopsia a la que fueron sometidos sus restos, según informó la agencia AP.
No obstante, los expertos no pudieron determinar cómo impactó el consumo de estas sustancias en el organismo de la estrella, que murió cuatro días después de descompensarse en un vuelo.
El reporte forense indica que se hallaron rastros de heroína y MDMA, conocida como éxtasis, pero que no pudieron encuadrar cuándo Fisher consumió esas drogas.
Pruebas toxicológicas detallan, además, que el sistema de Carrie Fisher incluía morfina, aunque esta pudo haber sido una especie de subproducto de la heroína.
“La Sra. Fisher sufrió lo que parecería ser un paro cardíaco en el avión acompañado de vómitos y con antecedentes de apnea del sueño. No podemos establecer la importancia de las múltiples substancias que se le detectaron en sangre y en sus tejidos con respecto a su deceso”, destaca el documento.
