Un inesperado e insólito hecho en el fútbol de Túnez: suspenden de por vida al presidente de un club por besar y morder a un árbitro. Se trata del mandatario del Sfaxien, Moncef Khemakhem.
Resulta que el dirigente ingresó a la cancha después del partido en el que su equipo ganó 3 a 2 ante el Etoile du Sahel, mordió en la cara y le tocó dos veces la cola a un juez asistente.
Recibió cargos por comportamiento antideportivo y agresión sexual, por lo que la Federación de su país decidió que nunca más pueda ejercer. Khemakhem declaró: “Sólo le pellizqué el culo para levantarle la moral”.
“Hemos decidido hacer valer nuestros derechos con nuestros dientes y nuestros dedos y tuvimos nuestro regalo”, bromeó el directivo al final del encuentroo, antes de enterarse de la durísima sanción que le impuso la Federación de Fútbol de Túnez, que lo multó con 12 mil euros y la suspensión de por vida de la actividad profesional.
