No culpes a La Renga, será que no concretas, River

No culpes a La Renga, será que no concretas, River
No culpes a La Renga, será que no concretas, River

Si Luis Miguel canta “No culpes a la Lluvia”, bien podríamos modificar su tema y pedirle a River que no culpe a La Renga. Es que el campo de juego del Ducó lució como un potrero en el partido entre Huracán y River. De hecho, desde el globo se excusaron diciendo que fue por los shows que dio la conocida banda de rock hace casi un año. David Garzón, integrante de la Comisión del Estadio, afirmó en la previa al partido: “A partir del recital de La Renga veníamos bien con el campo, pero después no le encontramos la vuelta. No nos gusta presentar este campo de juego. Duele”.

En cuanto a lo que respecta al juego, el millonario comenzó con un 4-3-1-2 bien definido. Soltó a los laterales, con Nacho Fernández y Exequiel Palacios a los costados de Zuculini. Pity Martínez arrancó posicionándose detrás del doble 5 que plantó Huracán, pero le faltó movilidad para agarrar la pelota con comodidad. Arriba, Pratto intentó partir entre los centrales para tirarse hacia la derecha, y Nacho Scocco libre, tirándose atrás a jugar, pero con una leve inclinación hacia la izquierda.

Huracán se paró con un 4-4-2 flexible, tratando de volcar los ataques por la derecha. Allí el plan era explotar esa banda con el tándem Araujo-Garro. Y sumarle el auxilio de Gamba adelante y Damonte, el volante central más suelto, ya que Iván Rossi jugó de manera más posicional.

La cancha no ayudó, es cierto, pero en el primer tiempo Huracán entendió mucho mejor cómo jugar el partido: pelotazo largo y a pelear la segunda pelota. Para eso, puso a Mendoza y Gamba contra los centrales de River, y cerró a Walter Pérez desde la izquierda hacia el medio. ¿La idea madre? Saltar líneas, ataques directos, y sobre todo, no dejar jugar a River. Para eso, intentó ahogarle el juego asociado que propuso Gallardo con ese triángulo entre Fernández, Palacios y Martínez. Ninguno de los tres recibió cómodo en la parte inicial. Por eso, los dos primeros debieron recibir casi siempre de espaldas o a la altura de los propios centrales.

No tuvo juego ni profundidad River, más allá de las dos acciones clarísimas con las que contó para abrir el marcador: el penal viene de un rebote tras un tiro libre, y el mano a mano desperdiciado por Scocco, de una presión alta de Palacios. Huracán, con su plan de no dejar jugar, poblar la mitad de la cancha y jugar largo, complicó poco en los primeros 45 minutos. Pero casi se lleva un premio enorme. A River lo salvó que casi sobre el final del primer tiempo, el juez vio (acertadamente y como si tuviera un ojo de halcón) como Gamba agarró de un pie a Armani cuando Mendoza definía con el arco vacío.

En el complemento, el trámite fue muy parecido al de la etapa inicial. Incluso más trabado y ofensivo, pero a los ojos de los espectadores. Huracán plantó bandera para apretar arriba y complicó aún más a River, que casi no pudo manejar la pelota. El ingreso de Quintero por Martínez (también entró Pérez por Fernández) le dio apenas un par de pases interesantes que los de arriba no aprovecharon. Huracán movió algunas piezas, pero no el plan inicial, como para intentar salir rápido de contra con Auzqui, y hasta pudo haberlo ganado. Tuvo la más clarita en un tiro desde afuera de Bogado.

Los libretos de ambos equipos fueron completamente distintos, pero la batalla táctica la ganó Gustavo Alfaro, con un equipo aguerrido, con carácter y fundamentalmente bien parado. Nunca se metió atrás y le peleó mano a mano la mitad de la cancha a River. En la vereda de enfrente, a Gallardo le queda mucha tarea para el hogar. Su equipo preocupa desde la poca capacidad de generar juego y poner la pelota contra el piso. Hoy, no tuvo la tranquilidad para no entrar en el plan de Huracán, que quiso y logró ensuciarle el partido. Pero también el pobre rendimiento se explica desde la falta de eficacia para concretar las chances que (hoy no por el juego en sí) genera. Culpar a la cancha hoy sería hipócrita: su equipo hoy no ganó porque no concretó y casi ni generó. Jerarquía le sobra para pretender mucho más. 

Los puntajes de los jugadores:

River: 

Franco Armani (7): Una vez más, le llegan poco y responde. Lo hizo ante el tiro de Bogado y antes atorando en la jugada previa al gol anulado a Huracán.

Camilo Mayada (4): No pudo desbordar casi nunca, y cuando llegó a posición de centro, la tiró a las nubes. Poquito.

Jonatan Maidana (6): Interesante duelo con Mendoza y Gamba, a quienes le ganó más de lo que perdió. Volvió el caudillo del fondo.

Javier Pinola (7): Salvo la pelota que pierde ante Gamba que termina en el gol anulado, estuvo sobrio, firme y apagó varios incendios atrás.

Milton Casco (6): Bien en varios cierres, se proyectó por la izquierda pero participó poco en ofensiva. Lo mejor, un buen pase al Pity que deriva en el penal.

Ignacio Fernández (5): Intermitente, no logró darle el vuelo futbolístico al equipo. Arrancó desde muy atrás.

Bruno Zuculini (6): Se hizo amonestar muy temprano, pero esta vez eso no lo condicionó. Correcto para distribuir y acertado en la presión para cortar juego.

Exequiel Palacios (5): Intentó manejar los hilos del equipo pero tuvo poca compañía. No lo dejaron jugar tan cómodo como siempre.

Gonzalo Martínez (4): Pidió el penal contra su ex equipo y lo tiró a las nubes. Parado de enganche, entró poco en juego en un mediocampo muy poblado y se lo vio muy lagunero.

Ignacio Scocco (4): No la está metiendo y el penal hubiera sido una buena chance. Pifió un mano a mano y tuvo un buen tiro libre. Se asoció pero no pesó.

Lucas Pratto (5): Esta vez no pudo aguantarla como en otros partidos. Entró poco en juego, salvo un pase genial a Scocco para dejarlo mano a mano.

Ingresaron: 

Juan Quintero (6): Le costó agarrarla en un partido muy trabado. Un par de pases interesantes que no aprovecharon sus compañeros.

Enzo Pérez (5): Tampoco pudo tenerla mucho. Correcto para distribuir horizontalmente.

Rodrigo Mora (5): Padeció el poco juego del equipo. En las pocas que tocó, no resolvió bien.

Huracán: 

Marcos Díaz (7): Pese a una pifia en el segundo tiempo, le sacó un mano a mano clarito y un buen tiro libre a Scocco. Tuvo poco trabajo, pero fue clave.

Carlos Araujo (6): Desde sus pies, Huracán recuperó muchas pelotas, y también generó algunos buenos ataques. Correcto atrás y de lo mejorcito adelante.

Federico Mancinelli (6): Se fajó con Pratto y le ganó casi siempre. Sólido para cortar a los costados.

Saúl Salcedo (6): También tuvo saldo favorable en la batalla contra los delanteros de River. Casi no lo complicaron.

Pablo Álvarez (6): Se cansó de tirar buenos laterales al área, pero también custodió de buena manera su sector. Firme.

Iván Rossi (6): En la aguerrida batalla en el medio, metió y corrió, y cuando pudo distribuyó bien. Debut aprobado.

Israel Damonte (6): Si bien no tuvo el protagonismo en ofensiva de otros partidos, estuvo bien plantado para no dejar jugar a los mediocampistas de River.

Juan Fernando Garro (5): Cumplió la doble función de atacar por la derecha y seguir a Casco. Complicó más en el primer tiempo que en el segundo.

Walter Pérez (5): Debutó hoy con 18 años en una posición que no es la suya (es habitualmente marcador central o lateral izquierdo) y cumplió. Metió y cuando pudo, la pasó con criterio.

Lucas Gamba (5): Se movió por todo el frente de ataque, pero lo absorbieron las buenas coberturas de River en defensa. Innecesario foul a Armani en el gol anulado.

Javier Mendoza (5): Las peleó todas y generó algo de peligro, pero le tocó bailar con la más fea con suerte dispar: fajarse con Maidana y Pinola.

Ingresaron:

Carlos Auzqui (5): La tocó poco y generó un foul en ataque.

 

Por: Federico Camps (@FedeCamps94)