La derrota lapidaria del último sábado por 3-0 de Boca a San Lorenzo dejó secuelas muy duras en el conjunto de Boedo, y más en Jorge Almirón.
En todo su ciclo aún no pudo ganar y registra 12 partidos sin triunfar en el Ciclón. Hasta se llegó a rumorear que quiso renunciar en el vestuario, algo que negó el propio entrenador.
Después de irse sin hablar de La Bombonera, el entrenador tomó la palabra este lunes en conferencia de prensa: “No hablé después del partido porque fue un golpe duro y no me parecía adecuado. En ningún momento pensé en irme”. A lo cual, desestimó que el duelo ante Junior de Barranquilla por la Libertadores pueda ser definitivo en su futuro: “Tenemos un partido tan importante el miércoles y pienso solamente en eso. Confío en mi equipo, el club no merece estar así. No me pongo plazos”.
Incluso manifestó su sorpresa por un diálogo que hubo entre los jugadores y la barra del club que se acercó al entrenamiento en Bajo Flores: “No sabía que hubo hinchas que hablaron con los jugadores. No vi nada raro, normalmente vienen los socios”.
Además, lamentó el enojo de sus dirigidos con Julio Buffarini que tiró una rabona cuando el encuentro ya estaba definido a favor del Xeneize: “Lo de la rabona es parte del fútbol. Me puse mal por mis jugadores, no por Buffarini, porque perdieron la cabeza”.
Con vistas al duelo copero en el Gasómetro, el técnico confía en que sea el punto de partida para revertir esta dura situación: “En la Copa arrancamos bien y el miércoles tenemos la motivación de jugar un torneo diferente. Me llevó mucho tiempo llegar acá y no tengo ninguna duda de que podemos levantar. Tengo mucha fe”.
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