El actor chileno recordó la escandalosa ruptura con la modelo a finales de 2015, con quien compartió diez años y tuvo cuatro hijos.
Carolina Ardohain y Benjamín Vicuña estuvieron juntos durante diez años y atravesaron de todo: un complicado comienzo en medio de la ruptura de la modelo con Martín Barrantes, los constantes rumores de infidelidad por parte del actor, la trágica pérdida de su hija Blanca y, por último, una escandalosa traición y separación.
En el año 2015, cuando Vicuña trabajaba en la película El hilo rojo, Pampita lo sorprendió teniendo relaciones con la coprotagonista, la China Suárez. “Entré y vi lo peor que una mujer puede ver… La producción los quiere salvar, no había nadie, sólo ellos dos teniendo se**. Lo juro por mis hijos”, confesó Carolina tras la polémica. Por supuesto, la pareja se separó y Benjamín se puso de novio con la joven actriz con quien ahora tiene una bebé llamada Magnolia. Tres años después, el chileno se animó a hablar del final de su matrimonio y de aquel trágico episodio, en una nota exclusiva que le dio a Caras Chile.
“Fue horrible. Por supuesto que en algunas cosas me equivoqué, y otras fueron muy injustas que generaron mucho dolor y miseria”, explicó Benja. Y siguió:”No existe un listado de aprendizaje, hay cosas que vas entendiendo desde el cuerpo, que asimilas de a poco. Hoy ya sé lo que no quiero y entendí que hay situaciones que no puedo cambiar y otras que escapan de mi control y responsabilidad. Cada persona tiene una historia, con la diferencia que la mía se hizo pública, lo que me avergüenza y molesta. Al parecer es parte del paquete. Intento preservar lo que se pueda y otras escapan de mis manos”.
Ante la pregunta del periodista sobre qué errores asume en aquella difícil historia, el intérprete respondió: “Que en la vida puedes hacer muy feliz a otro y también hacer daño o que te dañen. Lo importante es distinguir, darte cuenta, establecer criterios y aprender de eso. Todos nos equivocamos. Fue un período complicado…”.
Finalmente, habló sobre las consecuencias de haber cometido aquella infidelidad y de ser caracterizado como un hombre mujeriego. “De lo que se dijo no iba a salir a cuestionar ni a defenderme porque eran temas sensibles y delicados. Esperé que las cosas decantaran. Me importa la opinión de mis hijos y punto. Las versiones que se dijeron ya están, no me puedo hacer cargo, son parte de los mitos urbanos”.
“Me separé como cualquiera, con el dolor y la frustración que significa, añadiendo esos ingredientes externos. Me concentré en transitar en eso… Mirando hacia atrás, los dolores no se restan, se acumulan. Se murió mi hija, a los dos años me separé. Sin embargo, el ser humano tiene la maravillosa posibilidad de la resiliencia, de un renacer. Hoy me hago cargo de todo lo bueno y lo malo; tengo una familia maravillosa que es clave, una mujer increíble, alegre, sana, a quien me unen muchas cosas”, cerró.
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