A Madrid llegaron los representantes del codiciado volante, Renato Corsi y Paulo Galinsky. Después de un nuevo contacto para seguir avanzando con una operación a la que sólo le resta ponerle el moño entre los clubes.
Se pudieron sacar algunas conclusiones: que la foto entre D’Onofrio y Florentino Pérez dándose la mano se va a producir a más tardar durante el Mundial de Clubes, que el futbolista va a hacer todo lo posible para partir en junio y no a mitad de la temporada europea para arrancar de cero en su nuevo club y que todas las partes están poniendo la mejor predisposición para, ante una catarata de clubes agazapados (Inter, Arsenal y Manchester City, entre otros), descorchar el champagne antes de Navidad.
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Hay varios factores que confluyen para que Palacios, que el domingo pisará por primera vez el césped de un Bernabéu que lo cobijará en breve, vaya buscando un hogar en la capital española. Uno es la excelente relación entre los clubes, lo que hará que lleguen a un acuerdo en el precio de la transferencia, presumiblemente 20 millones de euros limpios para River. El segundo, la voluntad del jugador y su familia para salir en buenos términos del club que lo formó y no ejecutando la actual cláusula de 15 millones. Y el último, que para los managers romper tendría consecuencias ya que también manejan a varios chicos que juegan en las Inferiores del club.
Palacios ya tiene cerrado un contrato por cinco temporadas, al que sólo resta ponerle la fecha de inicio. Antes de completar los 50 partidos con la camiseta de River, ya atrajo la atención del club más importante del planeta. Casualidad o coincidencia, su futuro y el del Real van de la mano: en el Bernabéu puede cumplir su sueño de hincha y lograrlo le significará encontrarse con su futuro equipo en el Mundial de Clubes.
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