Mauro Zárate eligió jugar en Boca y las cosas le están saliendo bien, se acopló al grupo y hasta pudo convertir goles en los partidos de pretemporada en Estados Unidos. Sin embargo, puertas afuera del club la situación que vive él y su familia es dramática.
Personalmente recibió amenazas vía redes sociales, pero lo que traspasó el límite de la pasión futbolística sos las amenzas que recibieron sus familiares. En el colegio donde acuden sus hijos se denunciaron amenazas de bomba de forma anónima.
A los hinchas del Fortín todavía les dura la bronca por la “traición” que sintieron por parte del ídolo al quebrantar su palabra de continuidad e irse del club a último momento.
La Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, tuvo que tomar cartas en el asunto y brindarle una custodia personal a la familia Zárate para que se sientan protegidos. Además, la Policía fue al club de Liniers con una orden judicial para relevar datos de personas identificadas con el padrón de socios.
