Luego de la eliminación ante Francia en Kazán, Lionel Messi fue el más dolido.”Está golpeadísimo”, lo describió sin reparos una fuente cercana al 10 en el búnker albiceleste.
Visiblemente shockeado, el capitán argentino no abrió mucho la boca. No lo hizo ante la prensa y casi nada entre sus compañeros. Horas más tarde, el rosarino dejaba el predio de Bronnitsy.
Vestido aún con la ropa de la AFA, Lionel arribó solitario al aeropuerto de Barcelona con la expresión seria que mayormente lo acompañó durante su estadía en Rusia. Caminando rápido se dirigió directo al vehículo que lo esperaba en el aeropuerto, con la boca cerrada.
¿Qué hará Messi? No dijo nada al respecto el rosarino, pero nadie cree -o quiere creer- que se bajará del barco albiceleste.
Según detalla el diario Clarín, el delantero tiene tres puertas abiertas delante suyo. Y solamente él deberá decidir cuál es la que querrá cruzar.
La primera le muestra el camino de la continuidad, siendo la bandera y el líder de la reconstrucción del seleccionado con vistas a Qatar 2022 (con la Copa América de Brasil 2019 y las Eliminatorias como punto de partida).
Otra opción, la del medio, podría ser tomarse un descanso del conjunto nacional por un tiempo, el que él disponga. La tercera puerta es negativa: la de alejarse definitivamente de la camiseta de su país.
Lo concreto es que esta vez no tomará ninguna determinación en caliente el 10, como sí hizo en 2016 tras la tercera final perdida de manera consecutiva, ante Chile por la Copa América Centenario, cuando renunció y un tiempo más tarde se arrepintió.
Desde el círculo íntimo de La Pulga confiaron en que no se apresurará y que ahora habrá tiempo para reflexionar y ver de qué manera se van acomodando las cosas en una Selección que deberá comenzar a reiniciarse desde abajo, pero que si finalmente su elección es la de no continuar “esta vez no habrá vuelta atrás”.
La verdad estará en la próxima convocatoria, que será recién en la fecha FIFA de octubre.
