Atlético Madrid 0 – Real Madrid 0: la fractura de Sergio Ramos y poco más

Atlético Madrid 0 – Real Madrid 0: la fractura de Sergio Ramos y poco más
Atlético Madrid 0 – Real Madrid 0: la fractura de Sergio Ramos y poco más

sergio ramos

En el Wanda Metropolitano, Atletico Madrid y Real Madrid igualaron sin goles en el derbi. En un partido sin altura que evidenció la irregular campaña de rojiblancos y madridistas. No fue un encuentro para rebobinar

El Atlético principiante maniobró con una presión alta, incómoda para los blancos, atornillados en terreno propio. El cuadro colchonero se expuso con una fogosidad extraordinaria, con ese voltaje tan cholista que le ha distinguido. Pero todo quedó en un espejismo.

La fresca puesta en escena de los rojiblancos se apagó pronto. A espaldas de Griezmann, Koke, en un perímetro novedoso para él. El técnico local quiso hilar al canterano como aguador del francés. El asunto no funcionó, no hubo conexión y tan ausente y errático estuvo Koke como aislado e invisible Griezmann.

Al ritmo de Kroos y, sobremanera de Isco, en un trecho no hubo réplica rojiblanca. De Koke, Gabi y Saúl no había pisadas. Y a Griezmann, la portería le quedaba a un océano. La pelota nunca fue sustancial en el Atlético testado por Simeone. Sí el quite y la carrera, pero en las dos facetas vive días de rebajas. El tránsito del Madrid es el opuesto. Sin el balón sufre. Hay más de uno proclive a la desatención, con poco remangue para el pico y la pala.

Una pared entre Kroos y Cristiano alumbró por primera vez al Madrid frente a Oblak. Al alemán se le fue el remate, pero la jugada dio más vuelo a los de Zidane. A su adversario le llevó a blindarse cada vez más cerca de las cuerdas. Una falta ejecutada por Cristiano a la media hora derivó en la primera, y casi única, parada de la noche. Oblak desvió la pelota a córner y un minuto después se topó con Ramos en la sala de espera del gol. El capitán madridista metió la cabeza, Lucas, el alguacil más cercano, la espinillera contra su cara. El árbitro no tuvo dictado —tampoco en una mano de Juanfran y otra de Cristiano—, y el zaguero andaluz ya no pudo comparecer tras el intermedio.

La tregua del intervalo cambió el maquillaje del Atlético. Simeone auxilió a Griezmann con Correa y Koke, tan disipado, se orientó a la izquierda de Gabi, con Saúl de dique por la derecha. En el otro bando, de momento ni se inmutó Zidane, solo obligado a echar el lazo a Nacho por la nariz fracturada de Ramos. No despegó el encuentro, solo florido por Isco. Nada de Griezmann, tan fuera de plano. Ni de Cristiano, sin marcha, hasta vencido en un par de carreras con Juanfran y Savic, que no son jamaicanos. El reto siguió atrofiado. Eso sí, el Atlético lo emparentó mejor cuando Carrasco tuvo carrete en detrimento de Thomas. Al menos, en teoría, la escuadra del Metropolitano ya no solo tenía fogueo. El Atlético ya fue un pelo más expansivo. Sin confetis, pero con otra gracia un rato.

Simeone, apolítico, no dudó en mandar al cuarto oscuro al inocuo Griezmann. La hinchada despidió al galo con bronca y se llevó una riña del técnico, que también es entrenador de públicos. Aprovechó Zidane para envidar por Asensio en vez de Benzema y el Madrid, al menos, espabiló en el tramo final. Antes, Varane, bajo el larguero, frustró un tanto de Gameiro tras una buena acción de Fernando Torres. Ahí se quedó el Atlético, que no dio para más. Le tocó taparse de nuevo hasta que se bajó la persiana, lo que mejor se le da: ha dejado su portería a cero en siete de los doce partidos ligueros. El Madrid, por su parte, pareció no alertarse hasta el último suspiro de que el empate le dejaba a un milímetro de la derrota. Lucas, chisposo, se cruzó a tiempo en un remate que armaba Cristiano, este Cristiano desteñido de estos días. Nada de nada en este empate a nada en el primer derbi del Metropolitano. Mal asunto para todos. Brinda el Barça.

La fractura de Sergio Ramos: