Felipe, un niño de solo diez años de edad, espero a su ídolo en la puerta de la casa de los padres de Antonella Roccuzzo y consiguió lo que buscaba: el joven pudo conocer a Lionel Messi y se sacó una selfie con él.
El dato de la color fue que en más de una semana no se habían difundido imagenes de La Pulga en su ciudad natal y gracias a este pequeño gigante se rompió el hermetismo.
“Felipe estaba con un amiguito que después se fue. Mi hijo se quedó solo esperando en la puerta. Cuando lo vio le dijo ‘feliz cumple’ y le pidió una selfie. La foto la disparó Lionel”, contó Horacio, el padre de Felipe, en diálogo con La Capital de Rosario.
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